2/12/11

Simón Bolívar y la Unión Latinoamericana

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Simon Bolívar y la Unión Latinoamericana
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José Pablo Feinmann: Filosofía Aquí y ahora: IV Temporada, Canal Encuentro
Un ciclo de clases de filosofía donde José Pablo Feinmann expone los diferentes ejes temáticos mientras es acompañado por representaciones gráficas. Así como en la tercera temporada se abordó el Pensamiento Argentino, esta temporada se centrará en el Pensamiento Latinoamericano.
El análisis comienza por las condiciones de posibilidad de un pensamiento latinoamericano: la Conquista de América y las articulaciones centro-periferia que de ella derivaron. Luego se realiza un recorrido crítico por los momentos y corrientes más representativas de la historia del pensamiento latinoamericano. Se analizan las obras de aquellas personas que más contribuyeron a la configuración de una identidad propia para el pensamiento de la región: Juan Bautista Alberdi, José Martí, José Carlos Martiátegui, Ernesto Guevara, entre otros.
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Simón Bolívar (3D)


Unidad Latinoamericana
Carlos Pérez Zavala 

(Universidad de Río Cuarto)
El deseo de la unidad de los pueblos de Nuestra América estuvo vivo en muchos de quienes pusieron las bases de nuestras repúblicas, fueran ellos hombres de pensamiento o de acción. Las raíces de la Primera Independencia remiten a quienes concibieron, sufrieron, proyectaron, ejecutaron los impulsos independentistas. En 1810, comienza la gesta libertadora de los pueblos iberoamericanos y en 1824 el General Sucre gana, en Ayacucho, la batalla final contra el poder español en la América meridional. La Primera Independencia, la política, significó la ruptura con el poder de España, pero dejó pendientes muchos problemas relacionados con el sistema de gobierno. A los conflictos por la organización de las nuevas repúblicas, se agregó el recorte de nuestra Independencia por parte del emergente poder de los Estados Unidos del norte de América. Se crearon Repúblicas, pero no se pudo mantener la unidad latinoamericana que deseaban los próceres
En 1797 a instancias de Francisco de Miranda se firmó en Paris el Acta de Unión Americana, según nos esclarece Clara Jalif de Bertranou. No hay que olvidar los Proyectos federativos durante las guerras de la Independencia, como las consignas que llevaba San Martín en la campaña libertadora de Chile, las ideas confederativas de Juan Egaña y Juan Martín de Rozas, los textos de Monteagudo de 1824 sobre la necesidad de una Federación de Estados hispanoamericanos y las propuestas de Félix Vicuña sobre la necesidad de un Congreso General de todas nuestras repúblicas. En La iniciativa de la América aboga Bilbao por una confederación continental de Repúblicas. Junto a Lastarria, Bilbao reafirmará la necesidad de un Congreso General Americano, con el fin de promover la constitución de una confederación o asociación de repúblicas hispanoamericanas. Por su parte José Martí, sostiene, en Nuestra América, que los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas (Estados Unidos). Dice que es hora del recuento y de la marcha unida, y que hemos de andar en cuadro apretado, tan apretado como la plata en las raíces de los Andes.
Dos grandes propulsores de la unidad continental fueron el venezolano Simón Bolívar y el argentino Juan Bautista Alberdi. En la Carta de Jamaica, de 1815, escribió Simón Bolívar que el destino de la América se ha fijado irremediablemente: que el lazo que la unía a España se ha cortado. Lo que antes las enlazaba, ya las divide, de modo que es más fácil unir los dos continentes que reconciliar los espíritus de ambos países. Pensaba también que era una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo una sola nación, con un solo vínculo que ligara sus partes entre sí y con el todo. Pero advierte que la idea de una sola nación no pasa de ser un sueño, porque climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres desemejantes dividen a la América. No pretende un gobierno único, lo deseable es la confederación y la unidad de propósitos. Sería hermoso que el Istmo de Panamá fuese para los americanos lo que el de Corinto para los griegos. Es de desear que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto congreso de los representantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre los intereses de la paz y de la guerra. Anhela más que nadie ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riqueza que por su libertad y gloria. Estando en Lima, piensa el Libertador en los destinos de América y dirige comunicaciones a los gobiernos del Río de la Plata, México, Chile, Guatemala y Colombia, porque es tiempo ya de que los intereses y las relaciones que unen entre sí a las Repúblicas americanas, antes colonias españolas, tengan una base fundamental que eternice, si es posible, la duración de estos Gobiernos. Propone no sólo la Confederación americana sino una reunión en Panamá de una asamblea de plenipotenciarios para dentro de seis meses. Esta comunicación del 7 de diciembre de 1824 constituye un hito en el proceso americanista en el hemisferio. Los pueblos, cien años después, registrarán con respeto los protocolos del Istmo. En ellos encontrarán el plan de las primeras alianzas, que trazarán la marcha de nuestras relaciones con el universo. El Congreso fue convocado, pero la República Argentina no concurrió al mismo.
Años después, Juan Bautista Alberdi, desde Chile, apoyó la idea y escribió una tesis titulada Memoria sobre la conveniencia y objetos de un CONGRESO GENERAL AMERICANO (1844). Considera que el Congreso General es un remedio para los males que padece una América desunida y, a veces, en conflicto. Lo pueblos ambicionan salir de ese estado. Un hombre de instinto superior, el general Bolívar, fue asaltado de este grandioso pensamiento, y el Congreso de Panamá no demoró en verse instalado. La sola reunión de una asamblea semejante no será capaz de sacar por sus solos trabajos a nuestros países del estado en que se encuentran: pero uno de los remedios más eficaces puede ser la reunión de la América en un punto y en un momento dados para darse cuenta de su situación general, de sus dolencias y de los medios que la asociación de sus esfuerzos pudiera encontrarse para cambiarla en un sentido ventajoso. Concuerda con Bolívar en la homogeneidad de los elementos orgánicos de nuestra América, de tal modo que es adecuado para ella el pensamiento de un orden político continental. Recuerda que la carta orgánica que salga de sus manos no será ley viva desde la hora de su promulgación: pero será una carta náutica que marque el derrotero que deba ser nave común para surcar el mar grandioso del porvenir.
El sueño de la unidad latinoamericana no se ha realizado, pero las uniones regionales, como la de los países andinos o centroamericanos o la del Mercosur han mostrado ser un paso significativo hacia una unidad continental. Un hecho impensable hace diez años es el surgimiento de gobiernos que toman distancia de los grandes poderes económicos del mundo, defienden sus valores, sus etnias, buscan la inclusión de las mayorías. Tal es el caso de Venezuela, donde la riqueza petrolera comienza a estar al servicio de su pueblo, el de Bolivia, donde acceden al poder los auténticos dueños de la tierra, del Ecuador, con su gobierno popular e integrador, de Argentina, que hizo punta en el desafío al FMI, de Brasil, con su plan pobreza cero, de Cuba, con su giro democrático. Surge la propuesta del Banco del Sur y del oleoducto latinoamericano, como nuevos pasos en la marcha hacia la unidad de Nuestra América.
Fuentes: Alberdi, Juan Bautista, Obras Completas. Buenos Aires, La tribuna nacional, 1896 - Memoria sobre la conveniencia y objetos de un Congreso General Americano, 1896 , en O. C., T. III -Bilbao, Francisco, Obras completas. Edición de Manuel Bilbao. Imprenta de Buenos Aires. 1866 - Sociabilidad americana, en O. C. - La iniciativa de la América, en O. C. - Bolívar, Simón, Escritos políticos. México, Editorial Porrúa, 1999 - "Carta de Jamaica" (1815) en Escritos políticos. 1999 - "Congreso de Angostura" (1819) en Escritos políticos 1999 - Jalif de Bertranou, Clara Alicia, Francisco Bilbao y la experiencia libertaria de América. La propuesta de una filosofía americana. Mendoza, Ediunc, 2003 - Martí, José, Nuestra América. Buenos Aires, Editorial Nuestra América , 2005.
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Fuente: Zavala,   Carlos Pérez. Unidad Latinoamericana. CECIES. Pensamiento Latinoamericano y Alternativo [En línea] Disponible en:  http://www.cecies.org/articulo.asp?id=140
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