"Hasta hace algún tiempo, directa e inequívocamente, los ricos vivían a expensas de la explotación de los pobres; en la economía actual, los ciudadanos improductivos viven cada vez más a expensas de los productivos, aunque de una manera equívoca, ya que se les dice, -y lo creen-, que cómo están en desventaja, merecen cada vez más. Hoy en día, de hecho, la mitad de la población de cada nación, se compone de personas con poco o ningún ingreso, que están exentos de impuestos y viven, en gran medida, de la otra mitad de la población, que paga impuestos. Si esta situación llegara a radicalizarse aun más, podría dar lugar a un conflicto social masivo. La tesis sumamente plausible, postulada por los defensores del libre-mercado, que la explotación se da por parte de un sector improductivo al sector productivo, -prevalece entonces-, sobre la tesis socialista, -mucho menos prometedora-, que la explotación del sector trabajo se da por el sector capital."
Peter Sloterdijk
La mano que da, la mano que toma (2010)
- Los ciudadanos serían más felices si en lugar de pagar impuestos por obligación los donasen voluntariamente, defiende el polémico Peter Sloterdijk en su nuevo libro en español
Los dos últimos libros en castellano de Peter Sloterdijk (Karlsruhe, 1947) —el filósofo más popular de Alemania en la actualidad— son diferentes en contenido y densidad, aunque encomiables por su claridad y estilo, bien reflejado por Isidoro Reguera. No en vano a Sloterdijk lo tildan de “filósofo literario” antes que académico. Como es habitual, se muestra brillante en ambos ensayos: provocador e incisivo en el primero, y más poético en el segundo, que versa en detalle sobre la idea de Fortuna en el Decameróny, en general, en la realidad humana desde el Renacimiento; lo inspiró una visita de Sloterdijk a Extremadura, de la que da cuenta Reguera en el ensayo esclarecedor que cierra el libro.
El volumen que publica Siruela tiene otro cariz. Recoge los documentos de una sonora polémica que caldeó a los intelectuales alemanes en 2009 y 2010. Sloterdijk causó revuelo con un artículo en el Frankfurter Allgemeine Zeitung en el que esbozaba unas ideas novedosas sobre el pago de impuestos al Estado. La tesis que suscitó el rechazo mayoritario de sus críticos sostiene que los ciudadanos de un Estado democrático seríamos más felices si en lugar de pagar impuestos por obligación y bajo coacción los donásemos de forma voluntaria y, a la vez, fuésemos dueños de controlar su destino. Al autor de semejante alarde utópico le llovieron críticas aceradas de filósofos y economistas, casi todos surgidos del ala “veteroizquierdista” de la política. Objetaban que pagar impuestos de manera voluntaria beneficiaría sólo a “los ricos”, quienes se acogerían a la voluntariedad para dar lo menos posible, puesto que ellos son los malos por antonomasia, y sólo buscan esquilmar a los pobres.
Sin dar su brazo a torcer, en 2010 Sloterdijk publicó numerosos documentos de la polémica en forma de libro bajo el título: La mano que toma y la parte que da; la presente edición española contiene una selección con lo más relevante —y menos localista— del libro alemán: un combativo prólogo de Sloterdijk, los artículos de la polémica y varias entrevistas que el filósofo concedió sobre el caso. El resultado es un volumen jugosísimo y valiente que toca temas de finanzas y política, pero también de filosofía.
Muy interesante es la revisión que hace Sloterdijk de la teoría que presupone la maldad innata del ser humano desde la nueva perspectiva de la generosidad, asimismo propia del hombre. También los seres humanos son por naturaleza “dadores”. Dar y sentirse orgullosos de ello los hace felices, argumenta. Y si es un hecho que la solidaridad crece entre los más necesitados, igualmente se da entre los más pudientes —la filantropía de Bill Gates, por ejemplo—. Sloterdijk apuesta porque en una sociedad abrumada por los impuestos y dominada por el eros (el deseo incalmable de poseer), en la que el ciudadano es cada vez más invisible para el Estado que lo obliga, se haga fuerte la prevalencia del thymós, del orgullo y la valentía de los dadores libres, los contribuyentes voluntarios. En su opinión, de generalizarse la virtud de dar surgiría una ciudadanía con sentimientos más aristocráticos a la par que integradores; sustituirían al plebeyismo, pesimismo y amargura que ahora la dominan.
El rechazo que cosechó Sloterdijk entre las fuerzas progresistas de la sociedad alemana fue clamoroso; lo tacharon de “conservador neoliberal” y favorecedor de la clase acomodada. Se defendió argumentando que sólo había lanzado una mera hipótesis teórica; sin embargo, con ella puso en jaque las creencias y la conciencia de todos aquellos que, en su acomodo a la derecha o a la izquierda, parecían seguir alimentando con sus protestas y nula imaginación la sempiterna prepotencia del Estado convencional.
Fiscalidad voluntaria y responsabilidad ciudadana. Peter Sloterdijk. Edición e introducción de Carla Carmona. Traducción de Isidoro Reguera. Siruela. Madrid, 2014. 172 páginas. 17,95 euros.
El reino de la fortuna. Peter Sloterdijk. Seguido del ensayo de Isidoro Reguera “Extremadura, renacimiento, fortuna”.Traducción de Isidoro Reguera. Edición Bilingüe. Fundación Ortega Muñoz. Badajoz, 2013. 112 páginas. 12 euros.
El volumen que publica Siruela tiene otro cariz. Recoge los documentos de una sonora polémica que caldeó a los intelectuales alemanes en 2009 y 2010. Sloterdijk causó revuelo con un artículo en el Frankfurter Allgemeine Zeitung en el que esbozaba unas ideas novedosas sobre el pago de impuestos al Estado. La tesis que suscitó el rechazo mayoritario de sus críticos sostiene que los ciudadanos de un Estado democrático seríamos más felices si en lugar de pagar impuestos por obligación y bajo coacción los donásemos de forma voluntaria y, a la vez, fuésemos dueños de controlar su destino. Al autor de semejante alarde utópico le llovieron críticas aceradas de filósofos y economistas, casi todos surgidos del ala “veteroizquierdista” de la política. Objetaban que pagar impuestos de manera voluntaria beneficiaría sólo a “los ricos”, quienes se acogerían a la voluntariedad para dar lo menos posible, puesto que ellos son los malos por antonomasia, y sólo buscan esquilmar a los pobres.
Sin dar su brazo a torcer, en 2010 Sloterdijk publicó numerosos documentos de la polémica en forma de libro bajo el título: La mano que toma y la parte que da; la presente edición española contiene una selección con lo más relevante —y menos localista— del libro alemán: un combativo prólogo de Sloterdijk, los artículos de la polémica y varias entrevistas que el filósofo concedió sobre el caso. El resultado es un volumen jugosísimo y valiente que toca temas de finanzas y política, pero también de filosofía.
Muy interesante es la revisión que hace Sloterdijk de la teoría que presupone la maldad innata del ser humano desde la nueva perspectiva de la generosidad, asimismo propia del hombre. También los seres humanos son por naturaleza “dadores”. Dar y sentirse orgullosos de ello los hace felices, argumenta. Y si es un hecho que la solidaridad crece entre los más necesitados, igualmente se da entre los más pudientes —la filantropía de Bill Gates, por ejemplo—. Sloterdijk apuesta porque en una sociedad abrumada por los impuestos y dominada por el eros (el deseo incalmable de poseer), en la que el ciudadano es cada vez más invisible para el Estado que lo obliga, se haga fuerte la prevalencia del thymós, del orgullo y la valentía de los dadores libres, los contribuyentes voluntarios. En su opinión, de generalizarse la virtud de dar surgiría una ciudadanía con sentimientos más aristocráticos a la par que integradores; sustituirían al plebeyismo, pesimismo y amargura que ahora la dominan.
El rechazo que cosechó Sloterdijk entre las fuerzas progresistas de la sociedad alemana fue clamoroso; lo tacharon de “conservador neoliberal” y favorecedor de la clase acomodada. Se defendió argumentando que sólo había lanzado una mera hipótesis teórica; sin embargo, con ella puso en jaque las creencias y la conciencia de todos aquellos que, en su acomodo a la derecha o a la izquierda, parecían seguir alimentando con sus protestas y nula imaginación la sempiterna prepotencia del Estado convencional.
Fiscalidad voluntaria y responsabilidad ciudadana. Peter Sloterdijk. Edición e introducción de Carla Carmona. Traducción de Isidoro Reguera. Siruela. Madrid, 2014. 172 páginas. 17,95 euros.
El reino de la fortuna. Peter Sloterdijk. Seguido del ensayo de Isidoro Reguera “Extremadura, renacimiento, fortuna”.Traducción de Isidoro Reguera. Edición Bilingüe. Fundación Ortega Muñoz. Badajoz, 2013. 112 páginas. 12 euros.
- Moreno Claros, L.F. (3/1/2015). La orgullosa mano que da. En: "El País" [en línea]. Disponible en. http://cultura.elpais.com/cultura/2014/12/30/babelia/1419967380_453644.html
- Sloterdijk, Peter (2009). Die Revolution der gebenden Hand. In:
Peter Sloterdijk. Philosoph und Schriftsteller. [On line] Available: http://petersloterdijk.net/2009/06/die-revolution-der-gebenden-hand/ - Sloterdijk, Peter (2010). The Grasping Hand. The modern democratic state pillages its productive citizens. In: City Journal. [On line]. Available: http://www.city-journal.org/2010/20_1_snd-democratic-state.html
- Rodríguez Braun, Carlos (20/02/2015).Fiscalidad voluntaria y responsabilidad ciudadana. En: El Cultural. [En línea]. Disponible en: http://www.elcultural.com/revista/letras/Fiscalidad-voluntaria-y-responsabilidad-ciudadana/35997
- Sainz Borgo, Karina (13/01/2015). Peter Sloterdijk la lía otra vez: del pago voluntario de impuestos a Harry Potter como héroe neoliberal. En: Vozpópuli [En línea]. Disponible en: http://vozpopuli.com/ocio-y-cultura/55653-peter-sloterdijk-la-lia-otra-vez-del-pago-voluntario-de-impuestos-a-harry-potter-como-heroe-neoliberal
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